No sé si en sus declaraciones a Canal + diciendo que: "He podido cerrar un par de bocas", Ángel Di María se refería a Mourinho y a Karanka o al vecino del tercero y a su hijo, exactamente me da igual que me da lo mismo. Y es que Di María como también Higuaín, otro que parece haber vuelto a su mejor nivel, son fundamentales en este equipo, pero si me apuran Di María lo es mucho más porque pone a los partidos esa quinta marcha en la que el Real Madrid se maneja como pez en el agua.
En el partido de ayer de liga hasta los últimos 10 minutos de partido en los que el físico le dijo basta, Di María estuvo arriba y abajo sin tregua, como queriéndose reivindicar tras las críticas recibidas tanto por su juego como por sus declaraciones sobre los arbitrajes sufridos por el equipo. Pienso que esas declaraciones y las tan injustas críticas recibidas posteriormente le han servido de mucho, como si en vez de hundirle le hubieran liberado mentalmente para poder volver a mostrar su mejor nivel.
En cuanto al partido, duró exactamente 44 minutos, que fueron los minutos necesarios para que el Real Madrid fuera ganado por un rotundo 0-5 con el que se llegaría al final del encuentro. Sin duda, el Madrid en la segunda parte pensó en partidos futuros y economizó esfuerzos porque sino podría haber obtenido un resultado histórico ante un Valencia totalmente roto que no veía por donde le llegaban los golpes.
Todo empezó en el minuto 9 con el primer tanto obra de Higuaín tras otro contraataque marca de la casa, así, después de un córner del Valencia y posterior despeje del Madrid, salida en estampida por parte de un Özil pletórico que asistió a Di María para que éste cediera al Pipita y marcara a placer. A partir de ahí, el Valencia no se amilanó e intentó tirar para arriba en vez de tratar de no descomponerse y lograr el empate desde la fortaleza defensiva, gran error ante un Madrid inspirado y por fin a un alto nivel físico. Perdonó Khedira el segundo por dos veces, pero Di María no desaprovechó la asistencia increíble de Ronaldo y anotó el 0-2 en el 35, luego, tan solo un minuto más tarde en otra contra Ronaldo haría el 0-3. A partir de ese momento el Valencia tiró la toalla pero todavía el Madrid le daría los dos últimos golpes para que el miércoles en Copa se sepa quien es el que va a pasar la eliminatoria. Fueron un derechazo de Ronaldo después de una primorosa jugada en estático y sobre todo un último pase de Özil al portugués de quitarse el sombrero, y para finalizar una izquierda al mentón de Di María en la enésima contra de un Madrid que jugando así no debe tener miedo ni al Barcelona ni al Manchester ni a nadie.
Di María ha vuelto, ha vuelto el Real Madrid de Mourinho.
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