Ayer por la noche se disputó un auténtico partidazo de Copa del Rey de fútbol en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid saltó al campo confiado en sus posibilidades, con una gran ambición que quedaría demostrada en el primer minuto de partido, cuando Cristiano Ronaldo tras una fuerte presión recuperó el balón en el centro del campo y se dirigió con velocidad hacía la portería con la lástima de que Piqué pudo pararle justo antes de entrar en el área, el posterior lanzamiento de falta del luso obligó a Pinto a una parada llena de reflejos.
Una vez pasado el arreón inicial blanco, el Barcelona consiguió tener más posesiones largas y frenar el ritmo alto que había conseguido imprimir el Madrid. Iniesta, el mejor culé, tuvo mucha culpa de ello todo el partido, así en el minuto 22 forzó una falta que Xavi mandaría al larguero. Tan solo dos minutos más tarde el mismo Xavi tendría la mejor ocasión blaugrana pero su disparo a bocajarro fue despejado en la línea de gol por un Varane sencillamente inmenso durante todo el encuentro. El Real Madrid, pese a todo, no se amilanó y seguía esperando una nueva oportunidad, la cual llegaría en el minuto 27 en las botas de Benzema que tras un control con la izquierda sin dejarla caer disparó con la derecha aunque desgraciadamente se iría por muy poco al lateral de la red.
El partido transcurría con una gran emoción y a un ritmo brutal que es el que hay que intentar imponer para que el Barcelona se descomponga, una pena que se llegase al descanso con el empate a cero en el marcador porque el Real Madrid tuvo el mando de ese primer tiempo y se mereció acabarlo por delante.
La segunda parte comenzó como había sido la primera, con un Real Madrid presionando y teniendo la primera gran ocasión a través de un Benzema que tras una bonita pared con Ronaldo disparó con la izquierda tan solo un poco por encima de la portería. Fue una lástima, porque en el minuto 50 Cesc no perdonaría un rechazo, después un mal despeje de Callejón, y tras encarar a Diego López le consiguió batir en el mano a mano. Tras este gol el partido cambió drásticamente, el Barcelona tuvo un par de ocasiones para sentenciar la eliminatoria, siendo la más clara una contra de Pedro que pilló descolocada a la defensa y que tras encarar al portero madridista cruzó el balón excesivamente cuando todo indicaba que se trataba del 0-2.
Pese a todo el Real Madrid tuvo un par de ocasiones de Cristiano Ronaldo, la primera un remate de cabeza en boca de gol a centro de Essien y la segunda en el minuto 66 cuando Piqué evitó que Ronaldo rematara completamente solo un sensacional pase de Özil de primeras desde la banda derecha. El equipo merengue se merecía, sin duda, el empate y este llegó en el minuto 81 cuando Varane remató de cabeza un centro a pierna cambiada de Özil también desde la banda derecha tras un córner anterior. El francés marcaba un gol que puede resultar decisivo en una eliminatoria muy igualada en la que cualquier mínimo detalle será clave en el partido de vuelta el 27 de febrero en el Camp Nou.
